Pesquisar neste blogue

2007-04-04

Ainda no rescaldo da lista dos 100 melhores livros. Javier García recorda Roberto Bolaño.

Regresó para instalarse entre los primeros del listado de las 100 mejores obras en español de los últimos 25 años. En los nuevos libros le dedica un poema "al señor Teófilo Cid", otro dice escribirlo "a lo Raúl Zurita", y México vuelve a estar presente. ¿Qué pasó con el movimiento infrarrealista? Acá sus deudos reavivan las cenizas del mítico grupo.

Por Javier García

España. Es de noche y el cielo está despejado en Castelldefels, mientras un chileno vigila el camping Estrella de Mar en donde a las seis de la mañana "sólo la radio cruza el silencio". Es 1977 y Roberto Bolaño escribe sus versos a mano, recuerda a los amigos que dejó en México, también a Mario Santiago, quien le ha enviado una foto desde Israel, a Efraín Huerta, al Café La Habana, donde alguna vez estuvieron Fidel y el Che Guevara.

"No nos publicarán libros ni incluirán muestras/ de nuestro arte en sus antologías (Plagiarán/ mis versos mientras yo trabajo solo en Europa)", apunta Bolaño en poemas que ahora ven la luz a más de tres años de su muerte, y a no más de diez de comenzar a ser publicado y reconocido como uno de los grandes escritores latinoamericanos.

Dos libros póstumos confirman su vigencia: "La universidad desconocida", volumen de más de 400 páginas, y "El secreto del mal" (184 páginas), que acaban de ser editados por el sello Anagrama. Títulos que a mediados de mes estarán en Chile. Además, esta semana el autor de "Los detectives salvajes" se ubicó en los lugares tercero y cuarto del listado de las 100 mejores obras en español de los últimos 25 años, según el ranking de la revista colombiana "Semana", siendo superado sólo por García Márquez y Vargas Llosa.

Y como corolario, el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique inaugurará el 15 de mayo, con una conferencia magistral, la cátedra que llevará el nombre del autor, en la Universidad Diego Portales.

ZURITA Y LAS PORNOS

"Raro oficio gratuito. Ir perdiendo el pelo/ y los dientes. Las antiguas maneras de ser educado/ Extraña complacencia (El poeta no desea ser más/ que los otros) Ni riqueza ni fama ni tan sólo/ poesía. Tal vez ésta sea la única forma/ de no tener miedo. Instalarse en el miedo", se lee en un fragmento de "La universidad desconocida". Un arte poético y un desafío, donde sus páginas muestran el retrato más explícito de su autobiografía. Ahí están sus padres, sus amigos mexicanos, los amores fracasados y la lucidez que le permitió ordenar su obra sabiendo que el futuro era incierto y frágil como su hígado.

"La presente edición corresponde con exactitud al manuscrito encontrado. El propio Roberto lo fecha en el año 1993. Fueron años de trabajo y de lucha, pero por encima de todo de escritura", escribe su esposa, Carolina López, en el inicio de "La universidad".

Volumen donde se pueden hallar poemas escritos bajo diversos registros, breves como haikus y otros extensos de prosa poética, que no son sino los fragmentos de su libro "Amberes". Textos que abren la segunda parte del libro. Luego, vendrá "Prosa de otoño en Gerona", publicado originalmente en "Fragmentos de la universidad desconocida" (1992), recogido después en "Tres" (2000), y también hay poemas de "Los perros románticos".

Pero asimismo se reúne gran parte de su obra impresa sólo por revistas mexicanas y españolas. En uno titulado "Dos poemas para Lautaro Bolaño", escribe: "Lee a los viejos poetas, hijo mío/ y no te arrepentirás". Luego, el padre explicará que los poemas "fueron escritos inmediatamente después de salir del Hospital Valle Hebrón, en Barcelona, en el verano de 1992, con los viejos de hígados destrozados, con los enfermos de sida y con las muchachas que ingresaron por una sobredosis de heroína".

El ejemplar cierra con "Notas del autor", donde apunta que el poema "La pelirroja" "es un intento de escribir a lo Raúl Zurita "las musas me perdonen", pero en el territorio de las películas pornográficas".

Mientras, en "El secreto del mal", Ignacio Echevarría, encargado de ambas ediciones, señala: "Reúne este volumen un puñado de cuentos y de esbozos narrativos espigados entre los numerosos archivos de texto que se encontraron en el ordenador de Bolaño tras su muerte".

El autor de "2666" no se olvidó de Chile. De su venida en 1999 a la Feria del Libro, dice sobre los escritores que lo atacaron: "Lo increíble de esto es que me lo decían chilenos, tanto de izquierda como de derecha, que no paraban de lamer culos para mantener su exigua parcelita de renombre".

Pero también hay personajes, relatos de orden descriptivo, ensayísticos, la antesala de lo que podría ser un cuento o una novela. Lo que Echevarría llama "una poética de la inconclusión", las puertas abiertas que deja siempre el infierno, pero escribiendo "en el país de los imbéciles", escribiendo bajo las estrellas donde quizá "sólo la radio cruza el silencio".

Fonte: La Nación
Nem só de tango vive Buenos Aires. Borges é uma presença constante na cidade.

When Jorge Luis Borges died, a distinguished Buenos Aires art collector, Jorge Helft, began a scholarly project, the assembling of little-known or unknown Borges material. That was in 1986, and so far he's gathered more than 15,000 items --private letters, unpublished manuscripts, long-forgotten pamphlets, obscure literary magazines carrying Borges poems that probably even Borges had forgotten. In recent years, scholars from around the world have quarried this mountain of words to produce 10 books.

No doubt many more will appear. The Borges reputation seems to grow even faster now than when he was alive. Helft's loving attention to every detail of the work typifies the attitude of intellectuals in Buenos Aires. As Helft says, "He has influenced every part of our culture."

In Argentina he's as much an emblem of national excellence as an author. Even those who haven't read his work find uses for him. Three years ago the maid who served his family for decades (without reading his books or any other books) put her name on a ghosted memoir, El Senor Borges. Among other revelations, she reported that (contrary to what he told the world at the time) Borges gravely regretted that he was never chosen as the Nobel laureate. She says that every year the announcement of someone else's triumph inaugurated a period of sadness for him, not at all lightened by journalists calling to ask for his comments. He joked about it, but the jokes were painful for him.

Today in Buenos Aires he's inescapable. Since the city now raises money by giving donors the right to put their logos on street signs, it's possible to turn a corner and find yourself looking up at "Telecom Jorge Luis Borges," a clever advertiser having simultaneously identified the corporation with both the street and the author for whom the street has been renamed.


Fonte: National Post

Marquéz vs. Llosa

Ainda a propósito da lista anterior, pergunto-me se a escolha dos dois primeiros será inocente.

À cerca de um mês o jornal mexicano La Jornada, publicou duas fotografias de Gabriel García Márquez, tiradas em 1976 por Rodrigo Moya, que as manteve durante 31 anos.Resolveu agora por ocasião dos 80 anos de García Márquez torná-las públicas e contar a história por detrás das imagens. As fotos mostram Gabriel Gárcia Márquez com um portentoso hematoma provocado dois dias antes por Vargas Llosa, por razões que aparentemente pouco tiveram que ver com literatura. Certo é que desde dessa data nunca mais se falaram.
Segue a história contada por Rodrigo Moya.
Casi 10 años después, el 14 de febrero de 1976, Gabriel García Márquez volvió a tocar el timbre de mi casa, ya por distintos rumbos, en la colonia Nápoles, para que le tomara otras fotografías. Esa vez lo notable no era el saco de cuadritos, sino el tremendo hematoma en el ojo izquierdo y una herida en la nariz, causada por el puñetazo que dos días antes le había propinado su colega y hasta ese momento gran amigo Mario Vargas Llosa.
El Gabo quería una constancia de aquella agresión, y yo era el fotógrafo amigo y de confianza para perpetuarla. Claro que pregunté azorado qué había pasado, y claro también que Gabo fue evasivo y atribuyó la agresión a las diferencias que ya eran insalvables en la medida que el autor de La guerra del fin del mundo se sumaba a ritmo acelerado al pensamiento de derecha, mientras que el escritor que 10 años después recibiría el premio Nobel, seguía fiel a las causas de la izquierda. Su esposa Mercedes Barcha, quien lo acompañaba en aquella ocasión luciendo enormes lentes ahumados, como si fuera ella quien hubiera sufrido el derechazo, fue menos lacónica y comentó con enojo la brutal agresión, y la describió a grandes rasgos: En una exhibición privada de cine, García Márquez se encontró poco antes del inicio del filme con el escritor peruano. Se dirigió a él con los brazos abierto para el abrazo. ¡Mario...! Fue lo único que alcanzó a decir al saludarlo, porque Vargas Llosa lo recibió con un golpe seco que lo tiró sobre la alfombra con el rostro bañado en sangre. Con una fuerte hemorragia, el ojo cerrado y en estado de shock, Mercedes y amigos del Gabo lo condujeron a su casa en el Pedregal. Se trataba de evitar cualquier escándalo, y el internamiento hospitalario no habría pasado desapercibido. Mercedes me describió el tratamiento de bisteces sobre el ojo, que le había aplicado toda la noche a su vapuleado esposo para absorber la hemorragia. Es que Mario es un celoso estúpido, repitió Mercedes varias veces cuando la sesión fotográfica había devenido charla o chisme.
Según los comentarios que recuerdo de aquella mañana, mientras ambas parejas vivían en París los García Márquez habían tratado de mediar los disturbios conyugales entre Vargas Llosa y su esposa Patricia, acogiendo sus confidencias. Como suele suceder, los consejos o comentarios de la pareja colombiana rebotaron hacia Vargas Llosa cuando éste volvió al redil y se reconcilió con su esposa. Y lo que sea que se hubiese dicho o sucedido, el caso es que el peruano se sentía gravemente ofendido, y su furia la resolvió de aquella manera expedita y salvaje. Guarda las fotos y mándame unas copias, me dijo el Gabo antes de irse. Las guardé 30 años, y ahora que él cumple 80 años, y 40 la primera edición de Cien años de soledad, considero correcta la publicación de este comentario sobre el terrífico encuentro entre dos grandes escritores, uno de izquierda, y otro de contundentes derechazos.

Literatura Contemporânea em Espanhol

A revista colombiana Semana publicou há alguns dias uma lista dos melhores livros escritos em espanhol dos últimos 25 anos.

1. El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez (Colombia, 1985)
2. La fiesta del Chivo , Mario Vargas Llosa (Peru, 2000)
3. Los detectives salvajes, Roberto Bolaño (Chile, 1998)
4. 2666, Roberto Bolaño (Chile, 2004)
5. Noticias del imperio, Fernando del Paso (México, 1987)
6. Corazón tan blanco, Javier Marías (Espanha, 1992)
7. Bartleby y Compañía, Enrique Vila-Matas (Espanha, 2000)
8. Santa Evita, Tomás Eloy Martínez (Argentina, 1995)
9. Mañana en la batalla piensa en mí, Javier Marías (Espanha, 1994)
10. El Desbarrancadero, Fernando Vallejo (Colombia, 2001)
11. La virgen de los sicarios, Fernando Vallejo (Colombia, 1994)
12. El entenado, Juan José Saer (Argentina)
13. Soldados de Salamina, Javier Cercas (Espanha, 2001)
14. Estrella distante, Roberto Bolaño (Chile, 1996)
15. Paisaje después de la batalla, Juan Goytisolo (Espanha, 1982)
16. La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza (Espanha, 1986)
17. El jinete polaco, Antonio Muñoz Molina (Espanha, 1991)
18. El testigo, Juan Villoro (Mexico, 2004)
19. Salón de belleza, Mario Bellatin (Mexico, 2000)
20. Cuando ya no importe, Juan Carlos Onetti (Uruguay, 1993)
21. La tejedora de coronas, Germán Espinosa (Colombia, 1982)
22. El paraíso en la otra esquina, Mario Vargas Llosa (Peru, 2003)
23. Cae la noche tropical, Manuel Puig (Argentina, 1988)
24. Doctor Pasavento, Enrique Vila Matas (Espanha, 2006)
25. Herrumbrosas lanzas, Juan Benet (Espanha, 1983)
26. Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, Álvaro Mutis (Colombia, 1993)
27. El invierno en Lisboa, Antonio Muñoz Molina (Espanha, 1987)
28. Verdes valles, colinas rojas, Ramiro Pinilla (Espanha, 2005)
29. Mal de amores, Ángeles Mastretta (Mexico, 1996)
30. Donde las mujeres, Álvaro Pombo (Espanha, 1996)
31. El pasado, Alan Pauls (Argentina, 2003)
32. El rastro, Jorge Gómez Jiménez (Venezuela, 1993)
33. Santo oficio de la memoria, Mempo Giardinelli (Argentina, 1991)
34. Los años con Laura Díaz, Carlos Fuentes (Mexico, 1999)
35. Plenilunio, Antonio Muñoz Molina (Espanha, 1997)
36. Todas las almas, Javier Marías (Espanha, 1989)
37. Cartas cruzadas, Darío Jaramillo (Colombia, 1995)
38. La casa del padre, Justo Navarro (Espanha, 1994)
39. La visita en el tiempo, Arturo Uslar Pietri (Venezuela, 1990)
40. La historia de Horacio, Tomás González (Colombia, 2000)
41. La grande, Juan José Saer (Argentina, 2005)
42. El arte de la fuga, Sergio Pitol (Mexico, 1996)
43. La velocidad de la luz, Javier Cercas (Espanha, 2005)
44. Olvidado rey Gudu, Ana María Matute (Espanha, 1997)
45. La gesta del marrano, Marco Aguinis (Argentina, 1991)
46. Un viejo que leía novelas de amor, Luis Sepúlveda (Chile, 1989)
47. Plata quemada, Ricardo Piglia (Argentina, 1997)
48. El vuelo de la reina, Tomás Eloy Martínez (Argentina, 2002)
49. Diablo guardián, Xavier Velasco (Mexico, 2003)
50. Igur Neblí, Miquel de Palol (Espanha, 1994)
51. La nieve del almirante, Álvaro Mutis (Colombia, 1986)
52. Vigilia del almirante, Augusto Roa Bastos (Paraguay, 1992)
53. Un campeón desparejo, Adolfo Bioy Casares (Argentina, 1993)
54. Los pichiciegos, Fogwill (Argentina, 1993)
55. La burla del tiempo, Mauricio Electorat (Chile, 2004)
56. Una novela china, César Aira (Argentina, 1987)
57. El inútil de la familia, Jorge Edwards (Chile, 2004)
58. Lumperica, Diamela Eltit (Chile, 1983)
59. La otra mano de Lepanto, Carmen Boullosa (Mexico, 2005)
60. En estado de memoria, Tununa Mercado (Argentina, 1990)
61. Veinte años y un día, Jorge Semprún (Espanha, 2003)
62. Ladrón de lunas, Isaac Montero (Espanha, 1999)
63. La cuadratura del círculo, Álvaro Pombo (Espanha, 1999)
64. No me esperen en abril, Alfredo Bryce Echenique (Peru, 1995)
65. Luna Caliente, Mempo Giardinelli (Argentina, 1983)
66. Una sombra ya pronto serás, Osvaldo Soriano (Argentina, 1990)
67. El cuarto mundo, Diamela Eltit (Chile, 1988)
68. La silla del Águila, Carlos Fuentes (Mexico, 2003)
69. Temblor, Rosa Montero (Espanha, 1990)
70. Historia del silencio, Pedro Zarraluki (Espanha, 1995)
71. Los fantasmas, César Aira (Argentina, 1990)
72. Angosta, Héctor Abad Faciolince (Colombia, 2003)
73. La muerte como efecto secundario, Ana María Shua (Argentina, 1997)
74. La orilla oscura, José María Merino (Espanha, 1985)
75. La vida exagerada de Martín Romaña, Alfredo Bryce Echenique (Peru, 1981)
76. Sin remedio, Antonio Caballero (Colombia, 1984)
77. El tiempo de las mujeres, Ignacio Martínez de Pisón (Espanha, 2003)
78. Al morir Don Quijote, Andrés Trapiello (Espanha, 2005)
79. Glosa, Juan José Saer (Argentina, 1986)
80. Crónica de un iniciado, Abelardo Castillo (Argentina, 1991)
81. El traductor, Salvador Benesdra (Argentina, 2002)
82. Cumpleaños, César Aira (Argentina, 2001)
83. La sexta lámpara, Pablo de Santis (Argentina, 2005)
84. El embrujo de Shangai, Juan Marsé (Espanha, 1993)
85. El maestro de esgrima, Arturo Pérez Reverte (Espanha, 1988)
86. Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón (Espanha, 1996)
87. Rosario Tijeras, Jorge Franco (Colombia, 1999)
88. La sombra del viento, Carlos Ruiz Safón (Espanha, 2001)
89. Camino a la perdición, Luis Mateo Díez (Espanha, 1995)
90. A sus plantas rendido un león, Osvaldo Soriano (Argentina, 1988)
91. Memorias de mis putas tristes, Gabriel García Márquez (Colombia, 2005)
92. Autómata, Adolfo García Ortega (Espanha, 2006)
93. Del amor y otros demonios, Gabriel García Márquez (Colombia, 1994)
94. Ella cantaba boleros, Guillermo Cabrera Infante (Cuba, 1996)
95. La novela luminosa, Mario Levrero (Uruguay, 2005)
96. La guerra de Galio, Héctor Aguilar Camín (Chile, 1994)
97. Arráncame la vida, Ángeles Mastreta (Mexico, 1998)
98. Arturo, la estrella más brillante, Reinaldo Arenas (Cuba, 1984)
99. La orilla africana, Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1999)
100. Los vigilantes, Diamela Eltit (Chile, 1994)

Em Busca de Klingsor

O Jorge Volpi é uma das estrelas em ascensão da literatura latino-americana, embora por cá com o barulho dos Coelhos, vá passando discreto, ele e mais alguns (Crack e McOndo), que tentam fugir dos fantasmas do realismo mágico.

Além da história, um físico americano é enviado à Alemanha para tentar encontrar um suposto conselheiro de Hitler no desenvolvimento da bomba, uma entidade misteriosa de quem apenas se sabe que lhe chamam Klingsor, o autor oferece-nos uma viagem fabulosa pela História da Ciência do início do século XX e sobre a fase final da 2.ª Guerra Mundial.